¿QUÉ ES LA BELLEZA?

¿Cúanto tiempo te lleva prepararte cada mañana? Tanto hombres como mujeres tomamos una ducha, nos arreglamos el pelo, lavamos los dientes, y hacemos lo posible para lucir hermosos por fuera, pero rara vez pensamos en embellecer nuestras almas. El interés que tenemos a la hora de impresionar a otros ha creado el proverbio “La belleza queda sobre la piel, pero la fealdad llega hasta el hueso.” Cuando la belleza externa es una manifestación del alma sana que yace debajo, se siente auténtica, real y atractiva. Pero cuando tu alma se está ahogando dentro de ti, hambrienta, ignorada y desaliñada, todo lo que haces hacia afuera luce estéril. La belleza es mucho más abarcativa que lo que nuestra sociedad quiere hacernos creer.

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EL JUEGO DE LAS MÁSCARAS

Muchos libros de autoayuda hoy en día se tratan más sobre enseñarte a actuar que a comportarte en la gran pantalla que es la vida; pero si somos honestos con nosotros mismos, vemos que el entrenamiento que te impartes es pintura y plantillas para cualquiera que quiera volverse como el Capitán América. Rara vez termina bien.

Es importante hacernos esta pregunta a nosotros mismos: ¿Acaso estás fingiendo? Todos nacemos con una intensa necesidad de sentirnos significantes, amados, valorados y aceptados; a veces le tememos a no ser merecedor de todas estas cosas. Por eso fingimos ser aquellas personas que pensamos que la sociedad quiere que seamos, para poder cumplir esas necesidades desesperadas de nuestras almas. Permíteme ser clara: estas no son solo ambiciones o necesidades; estas son necesidades puestas por Dios. Tal como el agua, la comida, el aire, el sueño y la luz del sol son necesidades para el cuerpo, el amor, la aceptación, la atención, la aprobación y la importancia lo son para nuestra alma.

Lamentablemente, muchos creyentes no reconocen, ni mucho menos manejan, estas necesidades ¡porque sus pastores les han enseñado a ignorar sus almas! De hecho, en muchos círculos se enseña que el alma es algo puramente maligno. En otras palabras, algunas personas enseñan que para ser verdaderamente espiritual debes reprimir o ignorar las necesidades de tu alma y enfocarte en lo espiritual. Si una persona se está ahogando en una piscina, nadie se detiene a decir: “¡Necesitas aire! Si tan solo leyeras tu Biblia más seguido, no necesitarías aire.” Sabemos que, sin importar cuan espiritual alguien es, necesita aire. Puedes ir a la iglesia todos los días, leer tu Biblia muy seguido, y orar todo el tiempo, pero ninguna de esas cosas va a suplir tu necesidad de oxígeno.

LAS NECESIDADES DE TU ALMA SON BUENAS Y VÁLIDAS

Debemos aprender a cuidar a nuestra alma si queremos poder cultivar virtudes del Reino que nos empoderen para caminar en propósito divino, y si deseamos poder demostrar la verdadera belleza de nuestro creador en nosotros. Por eso, hoy quiero desafiarte a tomarte un tiempo para determinar cuáles son las necesidades a las que deberías prestarle más atención en tu vida. ¿Qué es lo que tu corazón necesita? ¿Descanso? ¿Diversión? ¿Conexión con un amigo? ¿Te estás sintiendo visto y apreciado? Cuanto más te ocupes de cuidar de esas necesidades, y tu alma, más la belleza comenzará a irradiar de tu ser, de adentro hacia afuera. ¡Y eso es realmente emocionante!

¿Qué puedes hacer para cuidar las necesidades de tu alma? ¿Cómo estás siendo proactivo para amarte a ti mismo? Para aprender más sobre como tener un alma sana, te invito a que leas mi libro, Destinados a Ganar.