Moral Revolution

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POR QUÉ EL ORGULLO GAY NO ES EL PROBLEM

LOS PENSAMIENTOS DE UNA PERSONA QUE ALGUNA VEZ FUE GAY A ACERCA DEL ORGULLO GAY

Estoy en completo desacuerdo con que la homosexualidad es un comportamiento sexual correcto, pero honro el derecho de cada uno de tener diferentes opiniones. No odio a nadie y he pasado mi vida amando a la gente con la que no concuerdo en absoluto. Para mí, estar de acuerdo, no es necesario para tener un vínculo. No soy el tipo de persona que le da bibliazos a la gente y creo que es fuerte maltratar a la gente para que viva en pureza. Al mismo tiempo, también pienso que está mal permanecer en silencio y permitir que solo la voz homosexual se escuche en la sociedad. Dado que hace algunos fines de semana fue la celebración y desfile del Orgullo Gay en San Francisco, la reunión más grande de la comunidad LGBT en Estados Unidos, quería darle un espacio a Ken Williams para que compartiera un poco de su historia contigo.

Ken Williams está en el staff de Moral Revolution — una organización que fundé hace algunos años para ayudar a definir la sexualidad sana. Hace algunas semanas, él escribió un post en el blog acerca de su camino personal hacia la libertad. Yo quería que mis lectores escucharan de alguien que luchó con la homosexualidad y salió de eso. Ya sea que conozcas a alguien luchando con la atracción hacia el mismo sexo, que seas tú el que está luchando con eso, o no tengas relación con ese estilo de vida, ¡espero que esta historia te anime e inspire a niveles más grandes de libertad! Tengo demasiada esperanza en mi corazón por cualquiera que esté luchando en esta área y la historia de Ken es un testimonio increíble de verdadera libertad, no la falsa libertad con la que se disfraza la comunidad LGBTQ+. Lee esto:

Aquí estamos a la hora del desfile del orgullo gay en San Francisco. La gente de la comunidad LGBTQ+ estará demostrando de manera orgullosa y pidiéndole a la sociedad que celebre sus estilos de vida gay y transgénero. Sé que la iglesia tendrá sentimientos encontrados respecto a esta demostración de orgullo. Algunos se burlarán de la idea de que alguien pueda sentirse orgulloso de un estilo de vida tan aborrecible. Otros se sentirán orgullosos de que sus amigos homosexuales puedan encontrar algo de paz y aceptación. Pueden incluso llegar a preguntarse si ser gay puede no ser tan malo como la Biblia sugiere.  

Pero con respecto a mí, yo fui el chico que creció únicamente con deseos sexuales hacia los hombres y ninguno hacia las mujeres, con la gente burlándose de mí y llamándome "maricón" en el patio de juegos, yendo por la vida sintiendo que había algo profundamente mal en mi interior. Así que tiene sentido para mí que, si algún día, decidía que no podía más con eso y salía del closet — lo más vulnerable, peligroso, y potencialmente aislante que podría hacer — pero me recibía con brazos abiertos una comunidad que me amara muchísimo (algo que nadie en mi vida había hecho hasta ese punto), te diré algo, me uniría a esa causa. Uniría brazos con esa gente y cargaría la antorcha. Pintaría un arcoíris enorme en mi pecho y orgullosamente caminaría en el desfile de derechos gay.

El orgullo gay no es el enemigo aquí. Imagina la libertad que sentirías si encontraras un grupo de gente que celebra la parte más repudiada, odiada y despreciada de tu vida. ¿No celebrarías también? El problema real es que el orgullo gay lleva a la gente cada vez más hacia un estilo de vida que Dios no aprueba y, por lo tanto, no puede ser lo mejor para la persona. Eso realmente no va a quitar el dolor de toda una vida de rechazo y odio hacia uno mismo. Que oculta lo que está roto con actos sexuales. Que, miserablemente, no logra cubrir las necesidades profundas de una persona. A Dios le importa mucho nuestra satisfacción y gozo. Tanto que Él permitió que su único hijo muriera en nuestro lugar. Muchos de los que marchan en el desfile del orgullo gay creen que nacieron así y no pueden cambiar. Pero eso simplemente no puede ser verdad. Mis deseos sexuales sí cambiaron. Por décadas, mi único deseo sexual era hacia otros hombres (no tenía ninguno por mujeres). Pero, ese no es el caso hoy. Llevo 11 años felizmente casado con una mujer. Y conozco a algunas otras personas que han tenido la misma experiencia transformadora.

Por ejemplo, mi amiga Elizabeth. Una feminista lesbiana graduada del seminario y convencida por mucho tiempo de que la homosexualidad era un estilo de vida aprobado por Dios, quien de todo corazón abrazó su identidad gay y vivía dentro de la comunidad gay. Un cambio en su sexualidad no estaba ni cerca de su radar. Tenía una identidad lésbica tan arraigada que, cuando descubrió que estaba teniendo deseos sexuales por un hombre, se sintió verdaderamente apenada, al principio. Pero aun así las cosas cambiaron. Y Elizabeth se lo atribuye al encuentro con un Dios vivo que se puede conocer. Hoy, ella lleva 12 años casada con el hombre que le generó estos nuevos deseos. Deberías escucharla hablar de él como si fuera un caballero de la mesa redonda.

El evangelio de Cristo Jesús no es nada más que transformador. El cambio dramático es posible cuando lo sigues de cerca. 2 Corintios 5 nos dice que cualquiera que esté “en Cristo es una nueva criatura.” Que las “cosas viejas pasaron” y que “todas son hechas nuevas.” Jesús se dedica a liberar gente para que vivan una vida plena... físicamente, emocionalmente, sexualmente... en cada aspecto. Y hay gente ahí afuera, incluyéndome, que ha experimentado una transformación radical en su propio entendimiento y en sus deseos sexuales. Han pasado de gay a heterosexual y permanecido de esa manera.

Con Dios todas las cosas son posibles. Por lo tanto, nosotros, que lo seguimos, debemos humillarnos y orar y manifestar un amor extravagante hacia cada persona a nuestro alrededor, sin importar nuestra etnia, identidad de género, altura, peso, ocupación o cualquier otra medida. Pero, también tenemos que ser conscientes del estándar correcto de Dios para la sexualidad... Un hombre y una mujer comprometidos de por vida entre sí dentro de los lazos del matrimonio... Y tenemos que mirar al cielo, esperando que Dios se manifieste a los hombres y mujeres que luchan con deseos sexuales hacia el mismo sexo y otras perversiones, y que transforme sus deseos sexuales. Él verdaderamente lo ha hecho por mí.

Publicado originalmente en krisvallotton.com.