Escucho a mucha gente hablar de su anhelo de formar parte de una comunidad y, con demasiada frecuencia, lamentan no poder encontrarla. Tal vez esto te está pasando ti. Tal vez estás leyendo esto porque anhelas encontrar un lugar al cual pertenecer y nunca consigues conectar.

Escucho esto particularmente de personas que viven fuera de la comunidad de Bethel, creyendo que no pueden tener lo que hacemos porque no viven en Redding. Esto no es cierto. Me encanta Redding, me encanta nuestra comunidad en Bethel y creo que nos va bien construyendo vida y relaciones; me siento honrado y bendecido de ser parte de ello. Sin embargo, una comunidad sana y próspera no es exclusiva de nuestra iglesia y ciudad.

Si anhelas una comunidad como la nuestra en Bethel, o aún si no ha pasado por tu cabeza, el deseo de una comunidad sana y fructífera es muy real y válido. Pero, como la mayoría de las cosas buenas de la vida, la comunidad no "te llega" por arte de magia. Entonces, ¿cómo puedes encontrarla?

LA COMUNIDAD ES IDEA DE DIOS

La comunidad es algo muy importante para Dios, tanto que la infundió en el corazón del hombre cuando lo creó. En Génesis, cuando Dios crea todo lo que hay sobre la tierra, se refiere a Sí mismo en singular. No es hasta que crea al hombre que se refiere a Él en plural: "Entonces dijo Dios: 'Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza'". (Génesis 1:26).

Poco después, dijo: "No es bueno que el hombre esté solo", y se esforzó mucho por encontrar una compañera adecuada para el hombre: creó todos los animales y, finalmente, encontró su compañera perfecta al crear a la mujer. Consideremos también el hecho de que nacemos de la unión de dos personas. Cuando venimos a este mundo nos insertamos automáticamente en la comunidad de nuestra familia.

¿QUÉ ESTÁS SEMBRANDO EN COMUNIDAD?

El deseo de comunidad es natural y acertado, como podemos ver en Génesis, y debe ser perseguido. Pero si anhelas comunidad y no la encuentras, ¡quizá seas tú quien deba llevarla a la gente que te rodea! Llevas el modelo de comunidad dentro de ti, y el mundo está esperando que te muestres de esa manera. De nuevo, no estoy negando la necesidad real de vivir en comunidad; de hecho, soy una de las voces más fuertes que oirás diciendo que encontrar a tu gente es una de las cosas más importantes que puedes hacer en esta vida. Pero a veces tenemos que dejar de centrarnos en satisfacer nuestra necesidad y dedicar nuestro esfuerzo en satisfacer esa misma necesidad en otra persona.

Pablo nos dice en Corintios: "El que siembra escasamente, también cosechará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también cosechará" (2 Corintios 9:6). A menudo oímos predicar este versículo en el contexto de las finanzas, pero es una tontería creer que a Dios solo le importa dar dinero (después de todo, Él dio a Su Hijo). Hay mucho más que tú puedes sembrar: tu tiempo, tus dones, tu aliento, tu corazón. Y no porque Él lo necesite, sino porque todo lo que des (siembres) generosamente, ¡también lo cosecharás generosamente!

CAMBIA TU CORAZÓN Y TU ENFOQUE

Dios no es ciego a las necesidades y deseos de tu corazón; Él es quien los puso allí y te está impulsando a que camines hacia ellos. Pero esto requiere un cambio en tu corazón y en tu perspectiva, y la voluntad de dar un paso de fe. Te insto a que mires a tu alrededor con nuevos ojos; no para encontrar lo que estás buscando, sino para encontrar dónde puedes empezar a plantar semillas para tu futura cosecha. Construir una comunidad no tiene por qué ser complicado, pero tampoco sucede de la noche a la mañana.

En lugar de limitarte a reunirte con gente y esperar a que ocurra algo, empieza a invitar a la gente a hacer cosas. Empieza por organizar noches de juegos o de cine en tu casa, o salidas en grupo. Después de hacerlo una vez, hazlo otra. Y otra vez. Y recuerda que, mientras estás dirigiendo estos esfuerzos, puedes invitar al Espíritu Santo, y Su presencia creará una atmósfera que permitirá a las personas descansar, estar seguras, ser vulnerables y conectarse de una manera real, que es en última instancia lo que estás anhelando. No tiene que ser forzado ni apresurado; dale tiempo y diviértete. Al cabo de un tiempo, empezarás a establecer una conexión real con la gente, y un día mirarás a tu alrededor y te darás cuenta de que no solo has encontrado lo que buscabas, sino que lo has creado.